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martes, 16 de septiembre de 2008

Optimización de minutos en buzzerbeater

El reparto de minutos entre los jugadores de buzzerbeater es uno de los aspectos que más trae de cabeza a los managers de este juego de la red especialmente dadas las premisas necesarias para que su rendimiento, forma física, posibles lesiones y sobre todo maximización del entreno alcancen un punto óptimo.

Según algunos estudios o análisis realizados por jugadores expertos y acorde a lo que se puede sacar de la lectura de las normas y de los foros, para que un jugador optimice su forma física y ronde un buen nivel, debe jugar alrededor de 69 minutos por semana, minutos arriba o abajo y siempre teniendo en cuenta que obtener los minutos que deseamos entre los tres partidos semanales va a tener un importante impacto aleatorio consecuencia de las decisiones del entrenador durante los partidos.

Por otro lado no es aconsejable que los jugadores acumulen más de 96 minutos aproximadamente, no solo por el mayor riesgo de lesión sino también porque al jugar tantos minutos el motor del juego considera que los jugadores acumulan cansancio y no alcanzarán unos buenos niveles de forma, que afecta directamente al rendimiento de los jugadores.

Igualmente, los jugadores deberán jugar un mínimo de 48 minutos por semana porque en caso de no alcanzarlos el motor del juego penalizará al jugador disminuyendo el nivel de su resistencia. En este punto habrá que poner cierto énfasis dado que a diferencia de la forma, que varía positiva o negativamente simplemente dando más o menos minutos de juego a los jugadores, la resistencia de los mismos es una habilidad que requiere de un entrenamiento específico de la misma para mejorarla y por lo tanto si descuidamos a nuestros jugadores y los dejamos en el banquillo durante varias semanas, tendremos que entrenarlos en resistencia para volver a recuperarla desviándonos de nuestro entrenamiento principal y por tanto perdiendo rendimiento de dicho entrenamiento tanto económico al no mejorar los jugadores y ser más valiosos en el mercado, tanto deportivo al ser mejores jugadores y más peligrosos en los partidos. Se antoja, por tanto crucial asegurarnos que nuestros jugadores son alineados al menos 48 minutos durante la semana.

Por último, nos encontramos con la optimización de los minutos de entrenamiento, de modo que para que un jugador sea entrenado al 100% de rendimiento deberá de jugar 48 minutos en la posición entrenada.

Dadas estas premisas llegamos a la conclusión de que un jugador debe jugar más de 48 minutos, menos de 96 y alrededor de 69 para cumplir el objetivo de tener la plantilla a pleno rendimiento. Por lo tanto, consideraremos el intervalo de 55-75 minutos como el intervalo de minutos deseados que debe jugar cada jugador de la plantilla.

En cada posición se juegan 48 minutos por partido (12 minutos por 4 cuartos y sin contar prórrogas que son tan impredecibles como bien venidas en la mayoría de los casos en cuestión de rendimiento de los jugadores). Esto nos supone un total de 240 minutos por partido (48 minutos por puestos), que a su vez se convierten en 720 minutos durante los 3 partidos de la semana que serán los que tendremos que repartir entre la plantilla.

Haciendo unos cálculos rápidos nos situamos que para optimizar el número de jugadores de una plantilla deberemos de tener 10, 11 o 12 jugadores, de modo que si la plantilla tiene 10 jugadores cada uno disputará 72 minutos de juego, con 11 jugadores dispondrán de 65-66 minutos de media semanalmente o 60 minutos por jugador para las plantillas que opten por 12 jugadores.

Dado que el óptimo de minutos a jugar por un jugador se encuentra entorno a 69-70 minutos se antoja como una mejor posibilidad una plantilla de 10 u 11 jugadores, siendo la plantilla de 12 jugadores una buena opción para gozar de más alternativas de juego gracias a la posibilidad de tener jugadores de mayor diversidad en la plantilla.

Es aquí donde cada manager tendrá que decidir por qué plantilla optar puesto que la ventaja de tener una plantilla más corta, de 10 jugadores, por ejemplo permitirá invertir el dinero que suponen 1-2 jugadores más en tener 10 jugadores lo suficientemente versátiles como para poder cubrir las distintas necesidades, mientras que con plantillas más amplias como con 11 o 12 jugadores, se tendrá invertido el dinero en jugadores de mejor calidad, pero a su vez se podrán cubrir más necesidades de juego.

La opción está abierta para cada uno según sus preferencias pero en principio yo soy más partidario de una plantilla de 11 jugadores que te permite cubrir bajas por lesión o posibles bajadas de forma en paridos importantes mientras que con 10 jugadores tendremos a los jugadores justos para alinear a 5 titulares y 5 suplentes que jugarán todos los partidos.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Pau Aladrén está con nosotros

Una vez pasado el verano y mi período de letargo en Hattrick ha llegado el momento de sentarse y pensar qué voy a hacer con el equipo y con los 42 millones que tengo en caja.

He pensado en muchas posibilidades, así como en todos los distintos entrenamientos que se pueden hacer para ver si alguno de ellos me llamaba la atención como para enfrascarme en la planificación de una plantilla con jóvenes promesas sobre las que construir mi nuevo equipo ganador. Después de pasar por el entrenamiento de todas las habilidades principales menos defensa, y por las secundarias de pases y balón parado, solo habría cabido inclinarse por el entreno de la retaguardia y montar un equipo ultradefensivo sobre el que cimentar el éxito de la futura plantilla. El problema llega porque el entrenamiento de la habilidad de defensa no es el más divertido, tarda mucho en mejorar a los jugadores puesto que entrenas a 10 jugadores por semana y la importancia de la defensa en Hattrick es relativa en comparación con jugadas o anotación.

Hecho todo este análisis, no encontraba la motivación suficiente para montar un nuevo equipo ni un reto atractivo. Dejar el juego pasó por mi cabeza, pero el hecho de disponer de 42 millones en caja más 7 millones invertidos en 2 jóvenes porteros con serias aspiraciones a sus selecciones, especialmente el portero alemán, parecían todo un desperdicio del esfuerzo y dedicación de los años que he pasado en hattrick.

¿Dónde podría invertir todo ese capital ahorrado? Entonces se me ocurrió la posibilidad de adoptar a un jugador de la selección, el típico que por su edad o condiciones un usuario en condiciones no encontraría rentabilidad o rendimiento para entrenarlo porque tuviera que jugar en una posición que no fuera la natural para él, por ejemplo. Una vez que me puse en contacto con el entorno de la selección española de hattrick me propusieron la posibilidad de hacerme cargo del portero titular de la selección y en un instante encontré de nuevo reto y la ilusión perdida para continuar con mi presencia en este juego.

Obviamente, el sacrificio es grande porque el portero, Pau Aladrén, tiene 28 años y será entrenado básicamente en sus habilidades secundarias. No daré más detalles sobre su entrenamiento por el compromiso de confidencialidad con la federación. Esto quiere decir que en algunos casos no podrá jugar en su posición habitual y por tanto no dará todo el rendimiento deportivo deseado. Por otra parte el sueldo mensual es prohibitivo, 200.000, especialmente para un equipo de VI o para VII si finalmente no consigo la permanencia después de una temporada de ostracismo en la que no me he preocupado por la liga y he tenido una plantilla de nivel de X.

En cualquier caso, todo ese esfuerzo merece la pena por la ilusión que reporta el proyecto, no solo actual, en el que se ha montado un equipo con un mínimo de efectivos y una apuesta estratégica arriesgada con muchos riesgos de no conseguir la permanencia; así como el hecho de que en un futuro y con los más que posibles descensos, tener que volver a la élite desde ligas inferiores y con precariedad económica después de pagar los sueldos del internacional durante varias temporadas.

Esperemos pues que este proyecto reporte grandes éxitos a la selección, que sigamos formando al portero estrella y que volvamos con la medalla de oro del mundial colgada al cuello.