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miércoles, 10 de septiembre de 2008

Pau Aladrén está con nosotros

Una vez pasado el verano y mi período de letargo en Hattrick ha llegado el momento de sentarse y pensar qué voy a hacer con el equipo y con los 42 millones que tengo en caja.

He pensado en muchas posibilidades, así como en todos los distintos entrenamientos que se pueden hacer para ver si alguno de ellos me llamaba la atención como para enfrascarme en la planificación de una plantilla con jóvenes promesas sobre las que construir mi nuevo equipo ganador. Después de pasar por el entrenamiento de todas las habilidades principales menos defensa, y por las secundarias de pases y balón parado, solo habría cabido inclinarse por el entreno de la retaguardia y montar un equipo ultradefensivo sobre el que cimentar el éxito de la futura plantilla. El problema llega porque el entrenamiento de la habilidad de defensa no es el más divertido, tarda mucho en mejorar a los jugadores puesto que entrenas a 10 jugadores por semana y la importancia de la defensa en Hattrick es relativa en comparación con jugadas o anotación.

Hecho todo este análisis, no encontraba la motivación suficiente para montar un nuevo equipo ni un reto atractivo. Dejar el juego pasó por mi cabeza, pero el hecho de disponer de 42 millones en caja más 7 millones invertidos en 2 jóvenes porteros con serias aspiraciones a sus selecciones, especialmente el portero alemán, parecían todo un desperdicio del esfuerzo y dedicación de los años que he pasado en hattrick.

¿Dónde podría invertir todo ese capital ahorrado? Entonces se me ocurrió la posibilidad de adoptar a un jugador de la selección, el típico que por su edad o condiciones un usuario en condiciones no encontraría rentabilidad o rendimiento para entrenarlo porque tuviera que jugar en una posición que no fuera la natural para él, por ejemplo. Una vez que me puse en contacto con el entorno de la selección española de hattrick me propusieron la posibilidad de hacerme cargo del portero titular de la selección y en un instante encontré de nuevo reto y la ilusión perdida para continuar con mi presencia en este juego.

Obviamente, el sacrificio es grande porque el portero, Pau Aladrén, tiene 28 años y será entrenado básicamente en sus habilidades secundarias. No daré más detalles sobre su entrenamiento por el compromiso de confidencialidad con la federación. Esto quiere decir que en algunos casos no podrá jugar en su posición habitual y por tanto no dará todo el rendimiento deportivo deseado. Por otra parte el sueldo mensual es prohibitivo, 200.000, especialmente para un equipo de VI o para VII si finalmente no consigo la permanencia después de una temporada de ostracismo en la que no me he preocupado por la liga y he tenido una plantilla de nivel de X.

En cualquier caso, todo ese esfuerzo merece la pena por la ilusión que reporta el proyecto, no solo actual, en el que se ha montado un equipo con un mínimo de efectivos y una apuesta estratégica arriesgada con muchos riesgos de no conseguir la permanencia; así como el hecho de que en un futuro y con los más que posibles descensos, tener que volver a la élite desde ligas inferiores y con precariedad económica después de pagar los sueldos del internacional durante varias temporadas.

Esperemos pues que este proyecto reporte grandes éxitos a la selección, que sigamos formando al portero estrella y que volvamos con la medalla de oro del mundial colgada al cuello.

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